domingo, 17 de octubre de 2010

A veces luchás y no sabes ni siquiera contra que o porque ... simplemente luchas por salir de ese hueco oscuro y húmedo que hace tiritar a tu corazón. Cada mañana te levantás planteandote que no vas a dejar que las lágrimas empañen ese día y te esforzás por sonreír cuando has de ir recogiendo los motivos del suelo. Te mezclás entre la gente regalandoles sonrisas, dandole tu hombro sin mostrar tu verdadera flaqueza, como si el optimismo nunca fallara en vos, les regalás cuentos donde la felicidad queda al alcance de la mano, donde los sueños llegan y nunca se pierde la esperanza, los quieres, los cuidas porque te necesitan y vos, vos les haces creer que sos más fuerte que ellos, cuando en realidad por dentro se derrumban todos tus muros. Pero cuando la noche apaga los colores del día, el esfuerzo pasa factura y te das cuenta que tu autoestima se guarda en el tacho de la basura, y que estas luchando por una utopía, que una sonrisa verdadera queda tan lejos como la estrella mas lejana. Y te acostás mojando la almohada, con el corazón vacío, doliendote por dentro ... Y al día siguiente continúas luchando, empeñandote en salir adelante, porque en el fondo sabes que sino lo intentás, nunca lo vas a poder lograr. Y de golpe una mañana el día parece tener mas luz, y te das cuenta que todos tus sueños se han confabulado para realizarse. Que ese día la autoestima viene a despertarte con el aroma del primer café de la mañana. Y te das cuenta que toda esa gente que cuidás y querés, también te quieren a vos, y que cada día te estubo haciendo el regalo más grande del mundo, estar a tu lado, valorarte, considerarte alguien especial en su vida...

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