miércoles, 27 de junio de 2012

Todo hombre que esta en  camino siente la tentación del pasado.Tentación que se concretiza en el poseer; en el no dejar. Al llegar a la orilla de ese rió, la opción le resulto dura, le exigía una decisión dolorosa. No es que no quisiera atravesarlo, si para eso se puso en camino. Lo duro era que debía tomar una decisión nueva frente a todas sus cosas viejas, frente a todo lo que se le había adherido.
Al llegar a la orilla del rió, nuestro hombre se acurrucó en silencio. Antes de despojarse por fuera, necesitaba unificarse por dentro. Fue entonces cuando dijo SI, un si que lo venia arreando desde lejos. El mismo si, que lo pusiera en movimiento al comienzo.  Los grandes momentos de la vida no necesitaban dramatismo. Y allí quedo él, en la orilla de acá.. liberado de todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario